Sentía la necesidad de pintar algo muy nuestro, muy del Ecuador por lo que decidí hacer una serie sobre el banano y su proceso.
Había que comenzar por esta bella flor de un color intenso y que se abre dejando ver los bananos tan pequeñitos. Los hombres de la hacienda me decían que cuando esta flor se abre, se escucha un sonido antes y luego sale un fluido.
80x100cm
Óleo sobre lienzo